La imponente arrogancia del poder
En el último mitin de las pasadas elecciones, mi compañero de lista Gerardo (por cierto, felicidades por tan cercano discurso)se preguntaba: ¿Qué tendrá el poder que todos lo quieren y nadie lo suelta?¿Habrá algo que nos ocultan y que engancha?. Sentado a su lado escuchaba una sucesión de certezas que cualquier hijo de vecino acierta a pensar pero que pocos se atreven a decir y muchos menos a hilvanar. Me anoté la respuesta para hacérsela llegar cuando la ocasión me lo permitiera y que mejor que en estas líneas y además dando título a la letanía de este mes. Sí amigo Gerardo, el título te da mi respuesta: el poder se ha convertido en imponente arrogancia. Y aún podemos llegar más lejos y clasificarlo según como se ostente o utilice convirtiéndolo entonces en un poder con impresionante altanería, formidable soberbia, estupendo desdén, excepcional impertinencia, grandioso envanecimiento, enorme engreimiento, monumental inmodestia, te...