"D10S, el Messias y Paco el argentino"
Si, aunque parezca increíble para muchos le voy a dedicar
unos renglones a Francisco. Y es que este hombre en cuatro días está haciendo
bailar hasta a San Pedro. Resulta cuanto menos curioso que un servidor del Papa
Negro, sea nombrado Papa Blanco con lo que ello puede significar, ya no solo en
lo exterior, sino más bien en el interior de esta “organización”. Aunque no es
de extrañar que eligieran a tal personaje pues la doctrina jesuita al fin y al
cabo se basa en formar a líderes capaces de adaptarse al mundo cambiante y
empiezan por aprender a dirigirse a sí mismos.

Y por eso que en Semana Santa me dé por escribir de estas
cosas ya que siempre he pensado que esta semana era algo distinta, sin ir más
lejos el año pasado hablaba de los Viernes de Dolores del Gobierno. Siempre
pensé que estos días para los fieles y creyentes se predicaba el recogimiento,
la meditación, la comunicación interior y de todo eso la verdad nada me cuadra
con los espectáculos mediáticos de estos días. Mirándolo desde el prisma del
que no practica de estos eventos, pero practica el respecto a los que lo hacen,
no puedo evitar sentir cierta perplejidad a lo que ahora llaman Semana Santa
televisiva. Otros años no puedo decirlo pero este año me he fijado y la verdad
es para mirárselo. En cualquier rincón de España muchas personas como hace 40
días se disfrazan de romanos. Otras se visten de riguroso luto, se calzan la
peineta, la mantilla y el collar de perlas dando la sensación de aquella España
en blanco y negro que ya creía olvidada. Personajes que desfilan en silencio
por los mismos lugares que alborozados desfilaron el mes pasado. En muchos
casos las procesiones se convierten en algún tipo de verbena, donde salen saeteros
hasta en el Ampurdá, (que no que no, que todo el mundo no sabe cantar saetas) y
la gente detrás de la valla aplaude gustosa el espectáculo. Sí, y digo
espectáculo, pues así lo llamó el viernes una aguerrida reportera televisiva
que relataba cuan partido de futbol la salida de un paso de una iglesia de
Ávila, y es que las estrecheces de la puerta hacían difícil el avance de los
costaleros, que por cierto si son futbolistas salen hasta en el Marca. Y es que
estos días se ha tenido televisión semana santera en directo a todas horas
“informando” hasta del estornudo de un penitente. ¿Todo vale como ejercicio de
Fé?.
Pero también en estos pocos días Paco el Papa ha
realizado gestos que animan a la esperanza de muchos de sus seguidores. Primero
que si la cruz de madera, luego el anillo o los zapatos viejos. Renuncia a
vivir en su palacio o hace la misa del Jueves Santo en una cárcel donde lava
los pies a una musulmana. Quizás muchos gestos seguidos para una institución
tan dolomítica. ¿Será este el Papa Negro que dijo Nostradamus?. No creo, la
verdad. Lo que si es cierto y por encima de las “escenificaciones o no” de
Jorge Berglolio, al que llaman “el Papa de la primera vez”, es un tipo de los que
las palabras no le queman en la boca y que tiene la difícil tarea de meter mano
a la curia y esos no se andan con maneras y modos televisivos.
Tiene trabajo Francisco para solucionar la visión que de
su Institución se tiene y que ya tenía el pueblo hace más de 400 años, cuando
el narrador del Quijote describía de esta manera al eclesiástico que acompañaba
a los Duques a la llegada a su palacio de Sancho y Quijote: «La duquesa y el duque salieron a la puerta de la sala a
recebirle, y con ellos un grave eclesiástico destos que gobiernan las casas de
los príncipes: destos que, como no nacen príncipes, no aciertan a enseñar cómo
lo han de ser los que lo son; destos que quieren que la grandeza de los grandes
se mida con la estrecheza de sus ánimos; destos que, queriendo mostrar a los
que ellos gobiernan a ser limitados, les hacen ser miserables. Destos tales
digo que debía de ser el grave religioso que con los duques salió a recebir a
don Quijote». (Cap.31 Libro II).
Aún así, y ahora termino la plegaria, hago mía la nota
aclaratoria que para cerrar su novela sobre la vida de Ignacio de Loyola, hacia
el periodista Luis del Val: «creo que no me ha costado
trabajo ser honesto, porque no tengo rencores especiales con la iglesia
católica, ni servidumbres de obediencia», por eso escribo una vez más con otros ojos, juntando estas palabras
que es como yo lo veo y os lo cuento. Salud.
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