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Mostrando entradas de junio, 2011

La imponente arrogancia del poder

          En el último mitin de las pasadas elecciones, mi compañero de lista Gerardo (por cierto, felicidades por tan cercano discurso)se preguntaba: ¿Qué tendrá el poder que todos lo quieren y nadie lo suelta?¿Habrá algo que nos ocultan y que engancha?. Sentado a su lado escuchaba una sucesión de certezas que cualquier hijo de vecino acierta a pensar pero que pocos se atreven a decir y muchos menos a hilvanar. Me anoté la respuesta para hacérsela llegar cuando la ocasión me lo permitiera y que mejor que en estas líneas y además dando título a la letanía de este mes. Sí amigo Gerardo, el título te da mi respuesta: el poder se ha convertido en imponente arrogancia. Y aún podemos llegar más lejos y clasificarlo según como se ostente o utilice convirtiéndolo entonces en un poder con impresionante altanería, formidable soberbia, estupendo desdén, excepcional impertinencia, grandioso envanecimiento, enorme engreimiento, monumental inmodestia, temible insolencia o solemne petulancia. Sí Ge