La verdad te hace libre, pero te deja escocido

      Resulta que ahora estos que dicen que gobiernan y los otros que desean hacerlo se han puesto de acuerdo para darnos una especie de pequeños golpecitos que alimenta su idea de estado partidocrático. Apoyados en que son la mayoría, legislan, deciden e imponen sus voluntades, aunque nos pese y el pueblo, en quien reside la Soberanía, no le quedan más bemoles que resignarse. Está claro que eran necesarias reformas de la Ley Electoral o de la Constitución, nadie lo pone en duda. Pero creo que con ese ejemplo de supuesto compañerismo por el País se le ha visto el plumero al PPSOE y a sus acólitos silenciosos.  
Es cierto que cuando uno descubre algunas de las verdaderas intenciones de aquellos que manejan los hilos se siente liberado, pero no por mucho tiempo. Instantes después el escozor se apodera de nos al comprobar que detrás de sus hechos solo existe la certeza de que se persigue un modelo de bipartidismo parlamentario. Una nueva versión del sistema de turnos de Cánovas y Sagasta que tan bien les viene a ambos.  
Pero vayamos por partes: “La verdad te hace libre (si te dejan)”. Una fecha: 29 de enero de 2011. BOE nº 25, pagina 9504 y siguientes. Primer golpecito. Reforma de la Ley Electoral. Algo que todos pedimos. ¿Ah, que no te habías enterado?. Normal, las mordazas nunca se publicitan. En lugar de hacer una nueva ley electoral donde cada voto valga igual y todos partan con las mismas oportunidades, se modifica, entre otros, el artículo 169, obligando a todos aquellos partidos que deseen presentarse el 20N a ser avalados por el 0,1% de los electores, pasando por caja para que estos avales sean validos. En cristiano: un nuevo partido que se quiera presentar en toda España, necesita que 35.000 personas pasen por un notario para validar su firma. ¡Que vergüenza!. La reforma solo pretende coartar la participación y el pluralismo y poner trabas para que nadie más pueda entrar en el Parlamento excepto los 11 elegidos, de los que ninguno ha piado al respecto. Es normal, les interesa callar. Solo tratan de impedir la aparición de nuevos competidores que traten de realizar cambios que perjudiquen sus privilegios y cuestionen su coto cerrado. De aquí lo de “pero te deja escocido”. 
Otro intento de nuevo golpecito. La reforma de la Constitución. Ese objeto intocable en algunos momentos y fácilmente reformable en otros, depende de quien decida esa intocabilidad, que nunca es el pueblo. Ahora toca tocar. Según ellos no es necesario hacer un Referéndum. Solo con su beneplácito es suficiente ya que cuentan con el 92% de los parlamentarios, aunque ese 92% esté avalado por solo el 66% de los votos. Otra vez la dichosa, fraudulenta y canalla Ley Electoral. Pero si de “verdad” quieren modificarla, que lo hagan, pero de verdad. Aumenten la calidad democrática. Convoquen un Referéndum y planteen de una vez por todas las cuestiones a reformar que duermen el sueño de los justos. Monarquía o República. Eliminar que sea el varón el heredero en lugar de la mujer. Senado ¿si o no?. Sustituir la provincia por la comunidad como circunscripción electoral y la formula D’hondt como forma de reparto. Desaparición de las Diputaciones. Transparencia en el gasto público. Un poder judicial verdaderamente independiente. Pero no, aquí a la remanguillé. Por eso la urgencia en la tramitación. Por eso una limitada y pactada modificación que solo significa desconfianza. Que solo suena a que se les pueda acabar el pesebre y lo que es peor, poder hacer lo que les venga en gana sin tener que asumir ninguna responsabilidad. Esta modificación nos ha enseñado la verdadera cara del bipartidismo, ahogado y esclavizado al poder de los mercados y actuando en favor de sus intereses.
Estamos dominados por encantadores de serpientes, y siempre lo hemos estado y si no que se lo digan a Sancho cuando así se lo explica Don Quijote, como ahora nos lo largan Mariano o Alfredo: «Mira, Sancho, por el mismo que denantes juraste te juro, dijo don Quijote, que tienes el más corto entendimiento que tiene ni tuvo escudero en el mundo: ¡qué!, ¿es posible que en cuanto ha que andas conmigo, no has echado de ver que todas las cosas de los caballeros andantes parecen quimeras, necedades y desatinos, y que son todas hechas al revés? Y no porque sea ello así, sino porque andan entre nosotros siempre una caterva de encantadores, que todas nuestras cosas mudan y truecan, y las vuelven según su gusto y según tienen la gana de favorecernos o destruirnos; y así eso que a ti te parece bacía de barbero, me parece a mí el yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa» (Cap. 25, Libro I). Salud.

**** Publicado Cronica de las Merindades Septiembre 2011 http://www.cronicadelasmerindades.com/periodicoflip/cronica/index.html

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