“Bulle la vida”

 
Aparte de la importancia que se le da a que Ronaldo marque o no otro gol y supere a Raúl. Que la lesión de Messi le impida jugar el “trascendental y anual” clásico futbolero. Estamos en fechas que se antojan importantes para todos, no solo los futboleros, pues en Cataluña quizás se está jugando el partido del futuro de España. A la hora que escribo estas líneas aún no se sabe que ocurrirá, pero el comentario de todos y las encuestas vaticinan un resultado concreto. No quiero poner en tela de juicio la capacidad de aquellos que gobiernan para haber lidiado con mayor arte este morlaco, pero que lo vamos a hacer: “un vaso es un vaso y un plato es un plato”
 
La verdad es que Marianocho Recortes no sale de una y se mete en otra. ¿Cómo es posible que el presidente de España no conozca la Constitución y diga semejante parida para liar aún más el entuerto que el mismo provocó?. Sr. Rajoy que un ciudadanito de los muchos engañados por usted no conozca la Carta Magna es normal. Pero usted, el registrador más joven de España, aparte de abogado y político desde hace 34 años, no puede desconocerla y más con su capacidad para modificarla de forma exprés adaptándola a su gusto y conveniencia. Usted no puede errar, no puede desconocer que el artículo 11.2. dice que: ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad. No falla, cada vez que le rehíla el ojo y le tiembla la pierna, es que la ha vuelto a cagar y ni el plasma le salva. 
 
Por eso de vez en cuando escucho solo 47 segundos a Pepe Mujica (expresidente de Uruguay) y entonces creo nuevamente en la política, me imagino que alguna vez una persona así puede gobernar mi País, con o sin Cataluña. «Inventamos una montaña de consumo superfluo, y hay que tirar y vivir comprando y tirando. Y lo que estamos gastando es tiempo de vida, porque cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Y es miserable gastar la vida para perder libertad.»
 
Y ese consumo frenético que plantea Mujica es el que ahora vacía el reloj de arena que cuenta el tiempo que queda para que nos construyan una montaña superflua. Una montaña que quiere enterrar las que aquí crecieron. Aquellas que vieron generación tras generación de personas que gastaron su vida aquí, pero lo hicieron de manera honesta, respetando la hermosura de la tierra, la hermosura de sus ríos, la hermosura de la vida. Y lo consiguieron también respetando el interior de esa tierra, su alma. La esencia de esa vida que crece y bulle en el exterior. Esa esencia que nos dará la fuerza necesaria para impedir que nos gasten la vida, que nos hagan perder la libertad de decidir qué es lo que queremos para esta noble tierra. Ya empiezan a verse banderas amarillas portando el mensaje de que Las Merindades gritan “#FackingNO”, aquí, en Nueva York, en la muralla china o en el Vaticano. Y estoy seguro que no tardarán en ondear en Valladolid y en Madrid, quieran o no Herrera y Rajoy.
 
Y repito lo que dije el mes pasado, no es cuestión de locura insensata, se trata de defender la felicidad, el primer desafío del medio ambiente y Las Merindades ni ningún otro lugar serán felices si les duele la tierra, si el fracking llega. Y por eso Cervantes hace ya 400 años puso en boca de Quijote las palabras que ayudaran a Sancho a entender las dos formas de manifestarse la hermosura: «Advierte, Sancho, que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo; y cuando se pone la mira en esta hermosura, y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu y con ventajas. Yo, Sancho, bien veo que no soy hermoso, pero también conozco que no soy disforme, y bástale a un hombre de bien no ser monstruo para ser bien querido, como tenga los dotes del alma que te he dicho.» (Cap. LVIII Libro II). Salud  y gracias a las chicas viajeras por la foto.

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