¿Republicano de Derechas?

Andaba yo hace un par de meses juntando palabras para sacar a la luz un grupo de ellas que de una manera medianamente coherente parecieran algo y resulta que tomando una cerveza con unas amigas (a las que saludo por cierto) me presentaron estas que ahora intento juntar (nunca se debe desechar una ocasión cuando el verbo esta espeso). Lo malo es que no me sacaron del atolladero para ese momento, pero al menos sobre una servilleta saque la base de lo que ahora les contaré.

No es mi intención, ni mucho menos, hacer dogma de fé de todo esto, y muchos menos en fechas de mandas y ritos. Vaya por delante decir que no es el ni el lugar ni el momento para lanzar vagas diatribas. Pero no es menos cierto que la historia es como es y está y estará por encima de aquellos que pretendan adaptarla o amasarla a sus intereses, algo que por desgracia se viene mal utilizando en este País desde hace mucho tiempo.

Pero lo cierto es que entramos en abril y en este mes, sean mil o menos sus aguas, es una fecha en la que se conmemora, o quizás debería hacerse, la proclamación de la II Republica (14 de abril para los profanos), un hecho que significó que España se convirtiera en ”una nación que se acuesta monárquica y despierta republicana” , en palabras del entonces Presidente Aznar. Y aquí aparecen nuevamente las amigas. Creían, pensaban, les habían dicho o enseñado o quizás, por que no decirlo, adoctrinado, que Republica y derecha eran conceptos antagónicos. Que eso era cosa de rojos y que la derecha está más asociada a otro tipo de sistema de gobierno. Yo les intento explicar que realmente derecha y República actualmente en la España contemporánea parecen conceptos en franca contradicción entre principios racionales. Existe un tópico ampliamente difundido por el cual se vincula la República a opciones de izquierda y la Monarquía o sistemas, digamos más conservadores, a la defensa del orden social, la religión, la propiedad privada o la libre empresa, ciertamente conceptos íntimamente ligados a la derecha. De esta manera uno y otro modelo se convierten a los ojos de la opinión pública en sistemas que adquieren valor moral, totalmente opuestos en la organización de la vida nacional, en lugar de ser lo que realmente son meras formas de gobierno.

Pero la cuestión la pregunta que me hicieron las chicas fue muy clara, ¿existen o existieron republicanos de derechas?. La respuesta es bien simple: si. Existen y han existido célebres republicanos de derechas. Por volver al pasado podemos citar como ejemplo más significativo a Niceto Alcalá-Zamora, ex ministro de Alfonso XIII y primer presidente de la IIª República, del partido Derecha Liberal Republicana, mas tarde Partido Republicano Conservador. Destaca también Miguel Maura, ministro de Gobernación y que ambos jugaron un papel decisivo en el acoso y derribo de la Monarquía alfonsina y su oposición a la dictadura de Primo de Ribera. También estaba el Partido Radical de Lerroux que era la derecha en ese momento, o los liberal-demócratas-reformistas- de Melquíades Álvarez. También conviene recordar Luís Lucia o Manuel Jiménez Fernández, ministros de la CEDA.

No podemos rasgarnos las vestiduras si afirmamos que tanto Monarquía como República son sistemas perfectamente válidos, con defensores y detractores en ambos casos y con métodos de financiación similares, aunque ciertamente más uno que otro. Republicas son Francia, Alemania o Estados Unidos (de derechas las tres por cierto) y monarquías aparte de la nuestra tenemos en la Inglesa, Danesa u Holandesa. Si bien es cierto que estas tres monarquías no viven atrapadas el Leyes Sálicas discriminatorias. En España la Constitución establece la igualdad de todos los ciudadanos, pero en cambio la Jefatura del Estado recae en alguien nombrado a dedo y su recambio lo es a su vez por designación divina. No cabe en esta sociedad que se tiene por moderna, un futuro Rey de designación dactilar, en lugar de una reina que es la que le corresponde por ser primogénita, ¿Dónde estas para esto Bibiana, mirando coños para el censo de clítoris?

Salud. Bueno y que no ahiga ningún de aquel (El fablar de Burgos, José Mª Codón)

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